Ubicado en Santa Cruz y con una sede en La Paz, Jardín de Asia ofrece una experiencia culinaria de alto nivel que une ingredientes bolivianos con técnicas del Este y Sudeste asiático, en un espacio que revaloriza la cultura oriental y la riqueza natural del país.
La cocina de Jardín de Asia no es solo una propuesta gastronómica, sino una vivencia sensorial que integra arte, cultura y tradición. Desarrollado por Los Tajibos Hotel, este restaurante se ha convertido en un referente de la alta cocina en Bolivia gracias a su enfoque en ingredientes locales, técnicas orientales y un diseño arquitectónico que homenajea tanto la naturaleza asiática como la identidad indígena boliviana.
Un espacio que fusiona diseño, cultura y naturaleza
Desde su entrada imponente, tallada en madera maciza, Jardín de Asia transporta a los comensales a un universo donde la arquitectura oriental dialoga con materiales naturales y tradiciones bolivianas. Los murales Nirinsou de Kamikochi, que representan flores silvestres, y los Ajakaí (canastos de agua) confeccionados por tejedores indígenas Chiriguanos, marcan la identidad visual del lugar.
Cocina de autor con identidad boliviana
El menú es el resultado de un trabajo de investigación que combina la filosofía culinaria oriental con productos bolivianos de las regiones amazónica, andina y cruceña. Destacan la barra de sushi, la plancha de teppanyaki con cocina en vivo, y platos que reinterpretan la cultura gastronómica local desde un enfoque asiático contemporáneo.
Más que comida: una experiencia cultural
Dividido en dos áreas —fusión y lounge—, el restaurante se presenta como un jardín asiático bajo una constelación de luces, ideal tanto para cenas íntimas como para encuentros culturales. Jardín de Asia propone una experiencia que va más allá de lo gastronómico: es un espacio de encuentro entre mundos, donde cada detalle evoca conexión y autenticidad.
Presencia nacional y proyección internacional
Con sedes en Santa Cruz y La Paz, este proyecto busca proyectar la riqueza de Bolivia al mundo, resaltando sus ingredientes, saberes ancestrales y talento humano, al tiempo que posiciona al país como un destino gastronómico emergente en América Latina.
