La meseta de Chochís: un paisaje natural que combina aventura y espiritualidad en Bolivia

Ubicada en el corazón de la Chiquitanía, la meseta de Chochís es uno de los paisajes más impactantes de Bolivia, donde la naturaleza, la cultura y la espiritualidad se unen en una experiencia que trasciende lo visual.

Chochís, en el municipio de Roboré, departamento de Santa Cruz, es un sitio que sorprende tanto por su belleza escénica como por la experiencia sensorial que ofrece a quienes se atreven a explorarlo. Desde su meseta hasta el imponente santuario Mariano de la Torre, el lugar mezcla elementos culturales, históricos y naturales, convirtiéndose en un destino clave para el turismo experiencial en Bolivia. A medida que se asciende por sus senderos, se revela no solo una vista majestuosa del Valle de Tucavaca, sino también una conexión espiritual difícil de ignorar.

Un entorno natural fuera de lo común

La meseta se encuentra dentro del Área de Manejo Integrado Municipal (AMNI) Tucavaca, una zona de conservación con gran biodiversidad. La caminata hacia la cima no es sencilla: exige esfuerzo físico, trechos largos y ascensos pronunciados. Pero cada paso está acompañado por la vegetación de bosque seco chiquitano y el sonido de aves endémicas, lo que hace que el recorrido sea tan enriquecedor como el destino.

Una conexión entre cultura, fe y paisaje

En la base de la formación rocosa se encuentra el Santuario Mariano de la Torre, construido en honor a la Virgen de la Asunta tras un evento considerado milagroso. Esta estructura, que parece emerger de la roca, une la devoción religiosa con la arquitectura armónica del lugar. Es un punto de encuentro para peregrinaciones, rituales y meditación, que añade una dimensión espiritual al viaje.

Una experiencia para todos los sentidos

La experiencia no termina al llegar a la cima. Al atardecer, la luz transforma el paisaje en una postal casi onírica. De noche, el silencio del monte y el cielo despejado intensifican la sensación de aislamiento, haciendo que el viajero se sienta parte de un mundo aparte. Chochís no es solo un destino turístico, es un espacio de introspección y conexión con la naturaleza.